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Con el madero cargado
hacia el Gólgota caminas
en tu frente, el dolor de las espinas
en tus hombros, el peso de mi pecado
Así cargó el Nazareno, en su camino al Calvario
Con esta cruz de pecados, que le acompañó al sudario
Entre la gente pasaba
exhausto pero sereno
y la turba le gritaba
muerte a Jesús Nazareno
A su paso, a un tal Simon, que llevaba un haz de leña
le dijeron, suéltala, y ayúdale en su condena
Así, del peso doblado
ve en el camino a su madre
con el pecho desgarrado
al verlo, bañado en sangre
ha venido a socorrerle, a pelear por su vida
mas la presión de la gente, la obliga, a caer rendida
Él, va sin ningún consuelo
mientras le grita la turba
por tres veces, cae al suelo
y la vista, se le nubla
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