«Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, a que llevara la cruz de Jesús» (cf. Mc 15,21).
Ayúdame Señor como al Cireneo.
Quizá Simón tomo la Cruz de mala gana, quizá, la tomo obligado por los guardias, pero luego, con Tu ejemplo, y tocado por Tu Gracia, Señor, le mostraste el camino de la conversión, terminando llevándola con amor y resignación.
Tal vez pareció que él te ayudaba a Ti a llevar tu cruz, pero en realidad Señor, fuiste Tú quien le ayudaste a él.
Ayúdame Señor como al Cireneo.
Ayúdame a seguir el ejemplo de tus apóstoles, a tomar mi cruz y a seguirte; y ayúdame a tomar la cruz de los demás, de los que sufren, de los que ya no tienen fuerzas, de los perseguidos, de los pobres, de los marginados.
Ayúdame Señor como al Cireneo.
Ayúdame a darme cuenta Señor que Tú eres mi Cirineo, y que eres Tú quien me ayuda a llevar mi cruz.
Ayúdame Señor como al Cireneo.
Ayúdame Señor a ser digno de ti, ayúdame a “hacer don” de la cruz, ayúdame a conocer el Evangelio de la Cruz, Evangelio de profundidad, de amor, de fidelidad y de fe.
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